JOAQUÍN ZAMACOIS ZABALA
[Bilbao, País Basc 1864 – 1920?]
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REPERTORI
A
Alma y vida – A Montserrat – Amor baturro – Amor, con amor se paga – ¡Atención! ¡Bom! ¡Bom! – ¡Ay, mamá!
B
C
¡Casticismo…y tal! – Comedieta de Pierrot – Cosas de la Sole – Cuando se quiere de veras
D
De la Arabia – De la Rambla de las Flores – Djalma
E
El Agarrao – El coronel – El monago Crispinito – El nido de ruiseñores – El pájaro – El ruiseñor – El sistema antiguo – Els Tres Tombs – El timbal del Bruc – El vals de Jerez – Esencia chula
F
Fué por tí
H
Hola primo
L
La balladora – La boletaire – La celosa – La coupletera – La esposa ideal – La eterna canción – La fuente milagrosa – La galbana – La inmensa jota – La misión de España – La rabanera – La polvera – La puntaire – La reina de la festa – La Remedios – La tiple ligera – L’escolà entremaliat – L’escolanet – L’esquirol – Lloras por mi – Los dos viajeros
M
Madrileña o sevillana
N
¡Nicolás! (1) – Nieve de la sierra – No sé que hi veu…
P
Paca la peinadora – ¡Pobre Dolores! – ¡Pucha, que sos compadrito!
Q
¿Qué le diré? – ¿Qué seré yo?
R
¡Rebarbiana! – ¿Requiebros? – Risas y besos – Rosa de nieve
S
¡Sevillana…! – ¡Soltera, no!
T
The Two Princesses – Tipperary ¿Adónde vas Vicente? – Tolón-tilín – Tres y repique
V
Y
…y malagueña – Y va de chulas
[Publicat a LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA 1920]
JOAQUÍN ZAMACOIS
Figura en la primera fila de los autores de música frívola, siendo de los que han dignificado el cuplé poniendo los prestigios de su talento personal y de su apellido al servicio de ese arte, que por no creerlo merecedor de estimación, estuvo en sus comienzos en manos poco afortunadas.
Joaquín Zamacois tiene harto cimentada su autoridad de músico con sólidas bases de una cultura general poco frecuente, y es artista por los cuatro costados.
Pertenece a la familia de los Zamacois que tanto han enriquecido el arte en sus distintas manifestaciones. Elisa, tiple eminente; Ricardo, actor sin par; Eduardo, célebre y laureado pintor; Miguel, exquisito poeta; Federico, distinguido músico mayor, y Eduardo, maravilloso y fecundo novelista.
Estudió en el Conservatorio de Madrid, siendo sus profesores: de solfeo, Aguado; de violín, Lestán y Monasterio, y de armonía, Campos (A.). El piano lo aprendió con su tío Federico.
A los diez y seis años entró en el teatro de la Zarzuela como violinista. Pero distinguiéndose notablemente como tañedor de mandolina y guitarra, lo contrataron para ir a Francia con la Estudiantina “Fígaro”. Estuvo allí seis mees, y a poco de regresar a España, volvió a salir, con la citada Estudiantina, contratado para Australia. De allí fué a Tasmania y Nueva Zelanda, para pasar después a Singapoore, Java, Sumatra, Hong-Kong e islas Filipinas, cuando en éstas estaba de capitán general D. Valeriano Weyler. Mil azares y peripecias le obligaron a ganarse su sustento de varias maneras (pues la Estudiantina se fué disolviendo poco a poco), y así fué profesor de guitarra en ChristChurch, violinista en la Exposición de Dunedín y cómico en Manila (nueve meses, en la compañía de Eliseo Raguer). Volvió a España, y año y medio después fué contratado para ir a Chile como profesor de música. Allí estuvo tres años y ganó fama y dinero; pero se rebeló una vez más su inquieto espíritu, y al frente de una compañía de zarzuela y varietés, se echó a viajar por Chile, Perú, la Argentina, el Urugulay y el Brasil.
Por fin dió con sus huesos en Buenos Aires, donde conoció a Eduardo López Bago, el novelista, y juntos estrenaron dos zarzuelas, con bastante éxito, en el teatro de Mayo.
Su gran conocimiento de la orquesta le valió el ser contratado para hacer instrumentaciones (reducciones) por cuenta del representante de la Sociedad de Autores, a la sazón Dupuy de Lôme. Pero el espíritu aventurero le arrastró nuevamente, y con un cuñado suyo, buen músico y exquisito tenor, “montaron” un número de “virtuosos”, y…a correr mundo otra vez. Recorrieron provechosamente Europa, de uno a otro extremo; fueron a los Estados Unidos y al poco tiempo de volver de allá tuvo la desgracia de perder a su compañero y hermano queridísimo. Este rudo golpe le aplanó, y tras de unos cortos viajes, solo ya, decidió echar anclas en Barcelona. En la Ciudad Condal fué en seguida nombrado director artístico del Centro Aragonés y profesor de idiomas (domina muchos) de la Academia Lucini. Al propio tiempo, la Casa Sopena le encomendó la traducción y composición de toda clase de novelas.
Y así, mientras dirigía zarzuelas y enseñaba y traducía idiomas, todavía aprovechaba el tiempo para hacer cuplés, a cuyo ramo dedica hoy su mayor atención, en vista del provechoso resultado que ha llegado a obtener.
En el VI Consurso del popular periódico “El Cine”, y ante un Jurado competentísimo, que presidió el llorado maestro Granados, D. Joaquín Zamacois fué premiado por su célebre y popular canción “La polvera”, que estrenó la incomparable Raquel Meller y han cantado después tantas y tantas artistas.
Temperamento español antiguo, algo aventurero y altamente caballeroso, su trato con muchas gentes y de muchos países le ha dado un sello de vasta mundanidad, que atrae a cuantos cultivan su trato.
Tiene cuplés que se han popularizado y que han cantado las más notables artistas, y su labor puede calificarse más por el mérito que por la prodigalidad.